En un hecho histórico para el municipio, el alcalde de Salinas Victoria, Raúl Cantú de la Garza, inauguró el Estadio de Béisbol de Ligas Pequeñas “Niños Campeones”, una obra de infraestructura deportiva de alto nivel a la altura de la liga Williamsport.
Dicho proyecto cuenta con campo de juego con pasto sintético de última generación, gradas, área de narración, dugouts, jaulas de bateo, bullpen, iluminación profesional en campo y zonas circundantes, pizarra electrónica, estacionamiento amplio, snack, espacios para personas con discapacidad, entre otras áreas.
Este proyecto es el único en su categoría en toda la región norte de Nuevo León y del Valle de las Salinas, sumando cerca de 40 millones de pesos para la realización de la misma.
El alcalde Raúl Cantú de la Garza fue el encargado de cortar el listón inaugural y de develar la placa oficial junto a Pepe Maiz, presidente de las Ligas Pequeñas de la República Mexicana y miembro de aquel equipo histórico de béisbol de los “Niños Campeones”, quien reconoció que Estadio de Béisbol de Salina Victoria es el mejor de Nuevo León.
“Felicitar al señor alcalde de este municipio, a nuestro amigo Raúl, por haber hecho estas instalaciones que están poniendo muy en alto el municipio de Salinas, a parte les están dejando muy alta la vara a los demás municipios del estado de Nuevo León. Este estadio, indudablemente, es el mejor estadio de todos los municipios de Nuevo León, no hay duda”, aseguró Pepe Maiz.
Este recinto deportivo no solo beneficiará a los niños y jóvenes del municipio, sino que también se proyecta como sede de torneos estatales, nacionales e internacionales atrayendo a ligas y equipos de todo el estado y el norte del país.
Con esta obra, el Gobierno Municipal de Salinas Victoria reafirma su compromiso con el desarrollo integral de la niñez, la recuperación de espacios públicos de calidad, y el impulso a proyectos deportivos que dignifiquen y transformen la vida de los ciudadanos.
Cabe destacar que el estadio lleva por nombre “Niños Campeones” en honor a la histórica hazaña lograda en 1957 por el equipo infantil de béisbol de Monterrey, que representó a México en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas en Williamsport, en Pensilvania, conquistando el primer campeonato mundial.